Como llegar
desde Valencia
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Por la CV-10 hasta
la Pobla Tornesa, seguimos por la CV-15 dirección Ares del Maestre, pasamos la
Vall de Alba, seguimos por la carretera dejando a la izquierda el desvío a
Benasal, y nada más pasar la Masía la Montalbana, exactamente en el punto
kilométrico 47 de la CV-15, antes de subir el puerto de Ares, a la derecha sale
una antigua carretera asfaltada durante un kilómetro, posteriormente de tierra
durante otro kilómetro, los desvíos los cogemos a la derecha y en 2 kilómetros
desde la CV-15 llegamos a una amplia explanada herbosa donde dejamos los coches. |

Itinerario
Corresendas
24/04/2013 |
En este
interesante recorrido circular, no vamos a encontrar ni una sola marca y muy
pocas sendas y casi nada transitadas, seguro que a partir de ahora la cosa
cambiará.
Desde la explanada donde hemos dejado los coches la iniciamos por el camino de
la izquierda (por la derecha volveremos si la hacemos bien).
Andados un kilómetro, bifurcación de caminos junto a una torre del tendido
eléctrico. Tomamos el ramal de la diestra en dirección al barranco del Pinello,
caminamos por su lecho durante quinientos metros. El camino sale del cauce, lo
seguimos, pasamos al lado de una ganadería de toros, cruzamos una cerca, que
cerramos, y nos desviamos a la derecha, pasando al lado de una balsa, entramos
en una tupida fronda de carrascas paralelos al cauce del barranco del Pinello.
¡Atención!; Hay que fijarse, por que muy cerca esta el primer desvío importante
de la mañana (en mi primera investigación, no lo vimos). Hicimos un gran mojón a
la izquierda, que es donde se inicia un senderillo entre carrascas, aparecen
algunas fitas y el sendero más evidente en pequeñas lazadas nos va subiendo.
Hay que seguir las fitas, en cualquier caso nuestro rumbo se acerca a los
cantiles del Barranc de Les Llomes, asomándonos a estos cantiles, veremos en la
otra parte del cauce las repisas por donde tendremos que caminar después, la
gente empieza a murmurar y entra la incertidumbre a lo desconocido, hay que
decir que vistas desde esta parte dan más “cague”, que cuando realmente las
estás pasando.
Entramos en un largo azagador que nos lleva al Más de Nollé, cruzamos una cerca
de piedras y giramos en un ángulo de 90º a la derecha, vamos junto a la cerca,
rectos al Barranc de Les Llomes, a la otra parte ya divisaremos el Mas de Les
Llomes (no vamos a pasar por él).
Al llegar a la cornisa del barranco giramos a la izquierda y nos encontramos con
una bonita senda de herradura, que nos va bajando por un frondoso carrascal al
cauce, para cruzarlo por su cabecera.
Posteriormente bifurcación de sendas, la de la izquierda nos subiría al Mas de
Les Llomes, nosotros seguimos rectos, ahora se trata de seguir unas grandes
fitas, pasamos una pequeña pedrera y a la altura de un gran roble entramos en la
faja intermedia.
Como he dicho anteriormente no reviste ninguna dificultad para personas
acostumbradas a la montaña.
Debemos parar para contemplar este paraje salvaje, desplomado y lleno de gran
belleza.
Cualquiera de estas tres fajas nos lleva al Barranc del Pinello, lo remontamos
por su cauce, muy pronto llegamos a la parte alta, como si fuera un valle,
descompuesto por enormes rocas, nos vamos a la izquierda que hay una caseta y
encontramos la Fuente Pinello (con buena agua).
A partir de aquí se trata de dar la vuelta para atrás (nosotros subimos a la
loma en busca de una antena que indica en el libro Esteban Cuellar y no la
vimos, de ahí la vuelta del track, que no es preciso hacer, no dice nada,
volvimos a bajar un poco), y sin subir ni bajar teniendo a nuestra izquierda los
cortados rocosos y a la derecha el barranco del Pinello, caminamos por esta
serie de terrazas herbosas, de fácil pisar, sin ningún tipo de senda.
Nos encontraremos un monumental "Tejo", maravilloso, algo digno de ver, junto a
dos grandes robles, junto a las paredes rocosas, y siguiendo para adelante por
las terrazas, sin dificultad pero sin senda, llegamos al Mas de Vilaroche y
siguiendo el camino, con algunos atajos, nos va bajando a la explanada donde
tenemos los coches.
Haciendo una ruta distinta, preciosa, de las que no estamos muy acostumbrados,
por parajes salvajes, es lo que tiene el Alto Maestrazgo. |